La rinitis y el asma son dos enfermedades respiratorias que están relacionadas entre sí. Las dos cuentan con características similares, ya que afectan las vías respiratorias, y la primera puede ser parte de la segunda.
La rinitis, de acuerdo con el documento de consenso ARIA (Allergic Rhinitis and its Impact on Asthma), que fuera publicado en el año 2001, se trata de una afectación en la mucosa nasal.
Dicha mucosa puede inflamarse y causar estornudos, congestión nasal, molestia o picor tanto en la nariz, como en los ojos y oídos, asimismo ocasiona abundante secreción de mocos.
Por su parte el asma, se trata de una inflamación en las vías respiratorias inferiores. En los procesos asmáticos se ven comprometidos los bronquios, los cuales se estrechan, ocasionando dificultad para respirar.
La aparición prolongada de rinitis puede derivar en asmas, por tal razón los especialistas coinciden en que aunque se trata de dos afectaciones diferentes, la rinitis puede desencadenar el asma.
Es común que se hable de enfermedades respiratorias en diferentes estaciones del año, aunque no se han definido las causas del asma, si se puede asegurar que hay diferentes desencadenantes de esta afección. Algunos son el polvo, el polen, el ejercicio físico, además de predisposiciones genéticas y hereditarias.
La nariz y la rinitis
La rinitis afecta la nariz sin importar el tipo (grande, pequeña, alargada o respingada), su fisiología es similar en todos los casos.
La nariz comienza con las fosas nasales. Una vez dentro conseguimos el vestíbulo nasal, y es acá donde comienza el proceso de purificación del aire por medio del vello que se ubica en esa zona.
Aproximadamente a un centímetro y medio del vestíbulo nasal aparece el área valvular, que se trata de la primera estrechez de la fosa nasal. En esta parte de la nariz se genera la resistencia del aire, el cual posteriormente ingresará a nuestros pulmones a través de los bronquios.
Aunque parece un proceso simple, el mismo se ve afectado cuando los diferentes capilares, subepiteliales, el sistema arterial y los sinusoides venosos se inflaman, por lo que el proceso respiratorio comienza a verse afectado.
Por muy pequeño el cambio que se presente en dicha red de vascularización, se pueden originar obstrucciones nasales que puede ir de lo más leve a lo más grave.
Esto se puede traducir como una dificultad del cuerpo, o específicamente de la nariz, para cumplir con sus tareas habituales como controlar la temperatura del aire, la humedad, y la filtración de partículas que ingresan cuando respiramos.
A partir de este momento, el cuerpo produce mayor mucosidad, y otras características que ya han sido mencionadas al principio de este artículo.
Existen tratamientos médicos que ayudan a desinflamar las mucosas nasales, eliminando la rinitis. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las vías respiratorias son cercanas, por lo que si los síntomas de la rinitis se mantienen en el tiempo, los bronquios comienzan a verse afectados, dando pie al asma alérgica.
Los bronquios y el asma
Los bronquios son conductos, cuyo trabajo es llevar el aire desde la tráquea hasta los bronquiolos, y posteriormente a los alveolos. Son una pieza importante en el sistema respiratorio, y son los que se ven afectados cuando se inicia un cuadro asmático.
No es difícil suponer que los bronquios son una pieza clave del sistema respiratorio, por lo que al verse inflamados dejan entrar menos cantidad de aire, y por tal motivo la respiración comienza a fallar, se presenta dolor en el pecho, y se originan infecciones diversas.
Este proceso es conocido como asma y al igual que la rinitis, puede presentarse de forma leve o puede incluso ser de gravedad.
Existen diferentes tipos de asmas, siendo las más comunes la alérgica y la bronquial, y estas suelen aparecer en la mayor parte de los casos durante la infancia.
De acuerdo con investigaciones en el área, el asma es más común en varones que en hembras, y la misma afecta entre 3 y 7 por ciento de los adultos que padecieron un cuadro asmático durante la niñez.
El asma puede llegar a desaparecer durante la adolescencia, mientras que aquellos que no logran superarla, pueden llegar a controlarla mediante tratamientos médicos.
Rinitis y asma y su control
Aunque ya se aclararon las diferencias entre ambas patologías, es importante resaltar que la presencia de la rinitis empeora el asma. Cuando el paciente padece ambas afectaciones debe tratarse con un especialista.
Por otra parte, cuando la persona padece de asma, y además aparece la rinitis, el cuadro médico empeora, por lo que este tipo de afectaciones respiratorias suelen ser tratadas con el uso de esteroides además de antibióticos.




