La turbinoplastia es una cirugía que se realiza en los cornetes para reducirlos cuando estos se agrandan en la parte inferior, bloqueando el paso del aire de la nariz al interior del organismo.
Cabe recalcar que los cornetes son pequeñas estructuras ubicadas en las paredes laterales en el interior de la nariz, a través de las cuales se hidrata y templa el aire que entra por las fosas nasales. Por lo que de no tratarse el cuerpo comienza a tener menos oxígeno.
Cómo se realiza una turbinoplastia
Si bien ya te explicamos que se trata de un tratamiento que ayuda a los cornetes a recuperar su función, hay varias maneras en las que se puede aplicar este tratamiento médico.
La primera forma de realizar una turbinoplastia consiste en la aplicación de radiofrecuencia, es una de las técnicas más novedosas y menos aplicadas hasta el momento.
Consiste en introducir una sonda que emita radiofrecuencia en la zona afectada, es decir los cornetes. La radiofrecuencia emite energía de alta frecuencia y temperatura con la que se logra a disminución en el espesor de la mucosa presente en cada cornete, disminuyendo por ende su tamaño.
Este tratamiento puede aplicarse por medio de electrodos que se ubican en la zona a tratar, o por medio de la introducción de una sonda térmica.
Este tratamiento presenta como ventaja que puede aplicarse bajo anestesia local, además solo afecta el tejido al que se quiere llegar, sin llegar a tocar los tejidos próximos.
No es necesario hacer incisiones de ningún tipo y su recuperación es muy rápida, puede demorar entre 5 y 10 días según el paciente.
El uso de la radiofrecuencia hace que el tejido se caliente, haciendo que se evapore y destruya una parte de él.
Otra de las técnicas utilizadas por los especialistas consiste en la resección por microdebridador. Es un tratamiento endoscópico con el que se obtiene mayor precisión en el control del tejido a tratar.
Para esta técnica se debe realizar una incisión en el cornete por la cual se introducirá un cuchillo o bisturí con el que se removerá parte del tejido que afecta los cornetes. En caso de ser necesario, este tratamiento también permite extraer parte del hueso que pueda estar afectando el proceso de respiración.
Se trata de un tratamiento rápido, con poco riesgo y poco sangrado. Se realiza bajo anestesia y debe tener mayores cuidados al momento de la recuperación, sin embargo los resultados son inmediatos.
El tercer tratamiento para realizar una turbinoplastia consiste en una cirugía endoscópica nasosinusal (CENS). Es el tratamiento más complejo de los tres, consiste en la aplicación de medicamentos descongestionantes para la nariz, posteriormente los médicos proceden a extraer parte del tejido que engrosa los cornetes y parte del hueso.
Para llevar a cabo esta técnica, los especialistas utilizan fibra óptica rígida, esta sonda se introduce por las fosas nasales hasta ubicarse en el lugar en el que se presenta el problema.
Una vez en los senos nasales se procede a extirpar el tejido que obstruyen el paso del aire.
Para finalizar la intervención quirúrgica, debe controlarse el sangrado, y en caso de ser necesario, se colocan tapones con láminas de silicón que eviten que la hemorragia se pegue a las paredes de los cornetes que fueron tratadas.
A diferencia de los procedimientos anteriores, en este caso se utiliza anestesia general, y aunque es una cirugía rápida, el paciente puede permanecer recluido en el centro de salud bajo vigilancia médica.
Cuidados tras una turbinoplastia
Independientemente del tratamiento que se escoja para realizar una turbinoplastia, el paciente debe tener una serie de cuidados después de la intervención.
El paciente debe guardar reposo al menos los dos primeros días, ya que en algunos casos puede presentar síntomas como fatiga, náuseas, dolor moderado, congestión nasal y sangrado.
Además del reposo recomendado en los primeros días, el paciente deberá evitar movimientos bruscos que puedan desencadenar sangrado.
Si bien el sangrado no siempre se presenta, en algunos casos los pacientes deben llevar tapones por un tiempo, a fin de tener mejores resultados. Así mismo puede que el médico recomiende el uso de un drenaje nasal, para eliminar secreciones de manera segura.
Entre los cuidados que deben tenerse tras una turbinoplastia, se encuentra el uso de tratamientos que ayuden al paciente a conseguir mejoras en menos tiempo.
Una parte del tratamiento postoperatorio incluye el uso de aerosoles de solución salina, o irrigadores. Sin embargo el tratamiento para después de la operación, estará determinado principalmente por el tipo de técnica médica que haya seleccionado previamente el paciente junto a su médico tratante.




